CALMO EL CARACOL
Calmo el caracol
camina sin prisa,
en su cara lleva
una gran sonrisa.
Andando sin hacer ruido
Calmo pasa inadvertido
Pasea por el río y escucha
incluso hablar a las truchas.
Sabe guardar los secretos
que le cuentan sus amigos,
pone atención y, en silencio,
oye con cinco sentidos.
Cuando la maestra
manda hacer tareas,
no acaba el primero,
pero sí se esmera.
Y la señorita,
al ver sus trabajos
o lo felicita
o le da un abrazo.
Como siempre está centrado
es un gran observador
dibuja con gran detalle
y escribe que es un primor.
Va el último de la fila,
y dice la profesora
que el último es el primero
si de otra forma lo miras.
A veces sueña que corre
pero luego se despierta
para ver que no hay quien logre
ganarle a él en paciencia.
Pues todo el mundo lo quiere
y todo el mundo lo admira,
Aman escucharlo siempre
y estar en su compañía.
¡Gracias! Calmo, tú sí sabes
estar atento en la vida.
Regalas con tu presencia
bendiciones y alegría.